La vida de nuestros libros puede ser muy corta si no les
damos los cuidados necesarios de vez en cuando, y es que se pueden deteriorar y
estropearse del todo. Cuidarlos como se merecen solo lleva 5 minutos y en unos
sencillos pasos. Aquí consejitos para cuidar tus libros:
1. Polvo eres y en polvo te convertirás. El polvo es uno de
los mayores enemigos de los libros, ¡cuidado! Si dejamos a nuestros libros en
la estantería mucho tiempo sin que les dé el airecito y sin limpiarlos, irán
acumulando una espesa capa de polvo que los puede estropear. Por eso es bueno
que de vez en cuando los saquemos uno a uno y los limpiemos con un pañito seco.
También es recomendable que cuando los saques limpies el mueble, ¡ahí también
habrá polvo! Y hablando de muebles procura que tus libros nunca toquen el fondo
de la estantería donde los dejas.
2. Humedad. Intenta no dejar tus libros en un lugar húmedo
(no los dejes cerca de una ventana, por ejemplo) ya que esto puede hacer que el
papel se deforme o se altere la tinta, ¡y ya no lo podrías leer bien! Aparte
podrían surgir hongos que, literalmente, "se coman" tus libros.
3. El calor. Al igual que la humedad es mala, el calor
también lo es. Procura no dejar tus libros cerca de una estufa, por ejemplo, ya
que también puede deformar tus páginas y hacerlas quebradizas; incluso
tornarlas amarillentas.
4. Que me olvido, que me olvido. Los marcapáginas son
importantes a la hora de acordarnos por dónde dejamos la lectura, pero al
acabar la misma, ¡no te los olvides! Ten cuidado con lo que se queda dentro de
tus libros (marcapáginas, señaladores de metal, cualquier otro
objeto-no-identificado que hayas seleccionado para marcar... ¡incluso si te
gusta dejar flores u hojas para que sequen dentro!) ya que a la larga puede
deformar tu libro y en el caso de las flores, tintar las páginas.
5. A colocar. La colocación en la estantería también es
importante. Mucho cuidado con apretujarlos unos contra otros, ¡ellos también
tienen que descansar! Deja un pequeño espacio (suficiente para que no se te
estrujen, pero no demasiado para que estén todo el rato volcados) entre unos y otros para que no se deformen ni las páginas ni
se dañe la encuadernación. Además a la hora de sacarlos te será mucho más fácil
y evitarás accidentes no deseados (como que se rayen las tapas, ¡horror!).
Espero que os hayan sido útiles estos consejos. Cómo siempre espero vuestro apoyo en los comentarios o sugerencias para libros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario