sábado, 4 de junio de 2016

¿Cómo cuidar de nuestros libros?

   La vida de nuestros libros puede ser muy corta si no les damos los cuidados necesarios de vez en cuando, y es que se pueden deteriorar y estropearse del todo. Cuidarlos como se merecen solo lleva 5 minutos y en unos sencillos pasos. Aquí consejitos para cuidar tus libros:

1. Polvo eres y en polvo te convertirás. El polvo es uno de los mayores enemigos de los libros, ¡cuidado! Si dejamos a nuestros libros en la estantería mucho tiempo sin que les dé el airecito y sin limpiarlos, irán acumulando una espesa capa de polvo que los puede estropear. Por eso es bueno que de vez en cuando los saquemos uno a uno y los limpiemos con un pañito seco. También es recomendable que cuando los saques limpies el mueble, ¡ahí también habrá polvo! Y hablando de muebles procura que tus libros nunca toquen el fondo de la estantería donde los dejas.

2. Humedad. Intenta no dejar tus libros en un lugar húmedo (no los dejes cerca de una ventana, por ejemplo) ya que esto puede hacer que el papel se deforme o se altere la tinta, ¡y ya no lo podrías leer bien! Aparte podrían surgir hongos que, literalmente, "se coman" tus libros.

3. El calor. Al igual que la humedad es mala, el calor también lo es. Procura no dejar tus libros cerca de una estufa, por ejemplo, ya que también puede deformar tus páginas y hacerlas quebradizas; incluso tornarlas amarillentas.

4. Que me olvido, que me olvido. Los marcapáginas son importantes a la hora de acordarnos por dónde dejamos la lectura, pero al acabar la misma, ¡no te los olvides! Ten cuidado con lo que se queda dentro de tus libros (marcapáginas, señaladores de metal, cualquier otro objeto-no-identificado que hayas seleccionado para marcar... ¡incluso si te gusta dejar flores u hojas para que sequen dentro!) ya que a la larga puede deformar tu libro y en el caso de las flores, tintar las páginas.

5. A colocar. La colocación en la estantería también es importante. Mucho cuidado con apretujarlos unos contra otros, ¡ellos también tienen que descansar! Deja un pequeño espacio (suficiente para que no se te estrujen, pero no demasiado para que estén todo el rato volcados) entre unos y otros para que no se deformen ni las páginas ni se dañe la encuadernación. Además a la hora de sacarlos te será mucho más fácil y evitarás accidentes no deseados (como que se rayen las tapas, ¡horror!).



Espero que os hayan sido útiles estos consejos. Cómo siempre espero vuestro apoyo en los comentarios o sugerencias para libros.

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